En realidad, a todos nos fastidia un puntillo cumplir años pero ¡todos queremos cumplirlos!
Quizá por eso alguien inventó la magnífica costumbre de obsequiar a quien celebra la efeméride, quién sabe si para animarlo a afrontar el hecho de haber llegado a esta terrible bola del mundo o a la heroicidad de permanecer en ella.
Sea como fuere, uno se acostumbra a ilusionarse con ese día, ya que si se posee la fortuna de tener buenos amigos, éstos te desean, sinceramente, buenas cosas y el hecho de que te recuerden siempre es fuente de gratitud. Además, los más allegados te regalan. Yo, hace cosa de una semana, tuve mi 2x1 (Santo y Cumpleaños juntos; siempre fui de tendencias parcas en esto del gastar) y tuve la dicha de recibir múltiples felicitaciones de la buenísima gente que me estima y algunos regalilos que siempre me ponen al borde de la emoción. Tuve regalos en forma de voz, (¡voz que imaginaba sin poder ponerle tono!), en forma de preciosos diálogos de mis niñas peludas, fotos de ellas enmarcadas con rosas... todo lo que me hace sorreir ¡y no diré como una boba! sino sonreir de verdad.
Pero he aquí que de entre todos, hay dos que me hicieron llorar.
Y quiero mostraroslo, pues sé que los disfrutareis conmigo.
Ambos son de naturaleza distinta en apariencia. Ya veréis que no.
El primero me fue entregado en mano. Envuelto en un precioso papel lila, que impacientemente, como es de rigor en estos casos, nerviosamente rompí. Al rasgar todos los envoltorios esto es lo que encontré:
Una hermosa tarjeta con flores adosadas, de clara manufactura casera y ex-profeso para la ocasión.
Al abrirla...
Una extraña, regordetilla y fantástica varita de virtud.
¿Y qué más? ¿Unas letras? ¿no las veis bien?
Esperad...
Así que ahora ya entendeis por qué este regalo es especial.
"Elvira, he estado pensando que podría regalarte por tu cumple... y mira Elvira, mira... ¡¡lo estoy consiguiendo !!
Gracias por tu complicidad, entrega y cariño. ¡¡Esto va por ti !!"
Bueno, pues ya me he puesto tonta otra vez. Pero fijo que me comprendéis ¿a que sí?
5 comentarios:
Oh...Oh...Oh...que precioso post. Cómo mas vale tarde que nunca yo también me sumo a todas las felicitaciones. Ya veo que has tenido un día muy especial.
La foto de Viena es para emocionar. Yo que he seguido su historia desde el principio me siento muy feliz por todos los avances que ha conseguido. Ella y tantos como ella han conseguido superar tantos obstáculos que uno siente una satisfacción especial con cosas tan simples como esta foto.
Que el año que viene sigas repartiendo magia, hada madrina de los perros (que bonito). Felicidades de nuevo.
Un abrazo.
¡¡Mil gracias, Iru y Martina!! La verdad es que siento un cariño muy especial por Viena y he anhelado mucho verla correr. Me importa mucho esa perrilla y esa foto me llegó al fondo del corazón.
Ojalá la varita estuviera rellena de poder. ¡Habría que tocar el pecho de tanto y tanto cerril! Formaríamos todos una legión indestructible... menudo sueño.
La verdad es tengo mucha suerte con mis amigos... esa magia no se me agota, je, je. Y la necesito.)
Besos
Es necesario ser alguien muy especial para que otra persona, muy especial también, te haga un regalo tan precioso como esa varita mágica. Y ojalá poseyera magiquísimos poderes. Poder dar amor y sofás a tantos... Se me ocurre, poder transformar a los galgueros, por ejemplo, en galgos de otros galgueros. Tál véz así abrirían sus ojos y su corazón. ¿O es una idea demasiado sádic? Unas fotos enmarcadas con rosas, son una fruslería comparado con esto.
La foto de Viena, es para alegrarse tremendamente. Ver el antes y el después, emociona.
Un beso grande, hada preciosa. Y muchas felicidades.
Claro que va por ti. Por ti y por Leala !! La dulce Leala...!!
Elvira, sabes que ella no se ha ido del todo? No, del todo no. Sigue aquí, conmigo, al ladito...
Hasta pronto hada perruna !!
Dale un besote tremendo a la preciosa Viena ¡¡me la como cada vez que veo sus fotos! Y para ti otro inmeso. Gracias por hacerme llegar tu magia tú también.
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