El bebé, cuando fue encontraba por un granjero, dueño de la perra, que acudió al local al oír los llantos del pequeño y los ladridos de su perra, todavía tenía el cordón umbilical colgando y no presentaba marcas de mordeduras, apenas algunas rozaduras leves, probablemente porque la perra lo habría arrastrado unos 50 metros hasta su refugio. Como para dudar de que los animales, en especial los perros, sean los mejores amigos del hombre.
El bebé, que nació pesando casi cuatro kilos, se encuentra muy bien. Ya recibió todas las vacunas y sigue tratamiento médico. En cuanto a la madre, una joven de 14 años, que recibe cuidados post parto en un hospital, aún no ha querido dar detalles del parto. Se estima que se ha producido al aire libre, junto al galpón donde se encontraba China y su camada. Aparentemente, ella no tuvo ningún control durante su embarazo, dio a luz sola, abandonó a su hijo, y volvió a su casa como si nada. Uno de los muchos embarazos adolescentes e inconsecuentes. Ahora se enfrenta a un posible proceso penal por abandono.
Seguramente muchos ya se habrán enterado de la noticia, pero hechos como este merecen ser comentados una y otra vez para hacernos reflexionar sobre lo que representa el valor de una vida. Como los perros, hay bebés que son abandonados, y también cómo ellos, tienen la suerte de ser encontrados, de sobrevivir, y que son el ejemplo vivo de verdaderos milagros. En un principio se había propagado que el bebé se trataba de una niña y que le darían el nombre de Milagros, pero lo cierto es que los médicos confirmaron que el bebé es en realidad un varón, y que se le han dado el nombre de Juan Gabriel.
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