COPIO:
Esta noche fría, en la que el viento arrastra gotas de lluvia a modo de afilados cristales; cada uno de nosotros, a salvo del otoño, está pensando en los animales del refugio. Rogando para que deje de llover. Esperando que los galgos se arrebujen entre ellos buscando calor; esperando que los chiquititos se confundan en un abrazo en una de las casetas; esperando que los grandullones encuentren ese rincón techado a resguardo del agua.
Esta noche fría en la que escribimos ésto, nos acordamos de todos y sobre todo, de los viejos. De los que como Lina, han vivido en el olvido y la soledad desde el mismo día en el que nacieron, atados a la vida del cuello y con una cadena.
Llevamos mucho tiempo tratando de cambiar el destino de Lina, meses y meses buscando para ella el tiempo de los abrazos. Y es en noches como ésta en la que imaginarla en el refugio es una pesadilla.
Nuestra grandullona envejece en soledad. Arrastrando su bondad por el refugio, su mirada ha perdido el brillo y la vida que tenían hace unos meses. Lina se muere de tristeza.
¡Y sería tan fácil! Porque amarla resulta tan sencillo. Porque cuidar de ella es sólo abrazarse a su cuerpo cálido. Porque regalarle una vejez plácida no necesita de otra cosa que de ese corazón tuyo.
Ayúdanos, ayúdala, no queremos que el refugio sea su último hogar. Porque no lo es. Tiene que haber una casa en la que el frío no pueda entrar, en la que Lina recupere el gusto por la vida y la mirada alegre de una preciosa y feliz criatura.
Tienes que estar ahí.
Gracias.
SOFIA El Refugio-Escuela
www.elrefugioescuela.com
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