viernes, 28 de marzo de 2014
Mami querida... perdona que haya tardado en decirte que he llegado bien.
Mami querida…
Perdona que
haya tardado tantos días en avisarte que he llegado bien. Perdona por no
haberte dicho nada antes pero… ¡es que me han pasado tantas y tan buenas cosas!
¡es tanto lo que te tendría que contar! No te creerás si te digo que no he
parado ni un instante.
Este lugar es
de ensueño. Había una multitud de amigos que acudieron a recibirme muy
cariñosamente. El gran Tato, que es muy decidido ahora, y no se amilana ante
nada ni nadie, muchos galguitos muy jóvenes, amigos grandes y pequeños, algunos
abuelitos como yo… ¿¿sabes lo mejor?? Duermo en una nube fabulosa, muy
apretadita con Luna. Cuando nos vimos retozamos y retozamos sin parar porque
¿sabes qué otra cosa maravillosa nos ha ocurrido? ¡¡somos jóvenes!! Cada cual
sabemos si llegamos aquí ya viejitos, o no, pero en un rato experimentamos una
transformación genial… ¡volvemos a ser esbeltos y fuertes, no nos duele nada y
tenemos fuerzas y ganas de jugar! No te preocupes por ninguno de los hermanos
que viven aquí desde hace más tiempo. Todos son felices… Pancho, Guizma,
Aharon… todos me han olido con gran intensidad, con un poquito de morriña, por
si llevaba en mi cuerpo ese rastro delicioso de tu olor. Pero no hace falta que
me pregunten nada… por las mañanas se forma un claro estupendo desde un rincón,
y todos vamos en tropel porque desde allí se divisa nuestra casa, y muchas
veces os vemos a papi y a ti. Bueno, y al resto de hermanos…
Por eso, hoy,
tras zamparme una ristra de chayrnetemtes (es una comida asombrosamente
exquisita, propia de este reino celestial) he decidido contarte que me siento
con una gran paz, muy descansada y dichosa… salvo que os veo sufrir por mí.
No lo hagáis.
A nosotros no nos gusta ver vuestras lágrimas. Es lo único que empaña nuestra
felicidad. Os queremos demasiado para notar que vuestros corazones humanos se
estrujan de dolor pensando en que nos habéis perdido. No lloréis por nosotros.
¡Estamos aquí y algún día volveremos a sentir vuestras caricias! Y no pienses
que aún quedaban más besos… cada vez que quieras darme un beso pon la mano
sobre tu pecho, respira hondo y procura sonreír. Esos son los besos que ahora
más nos gustan.
Cuando veo tu
carita contenta un estremecimiento de amor me hace saltar de alegría.
Ya sé que no
me ves desde ahí abajo. Pero es cierto. Así que cada vez que notes el nudo de
la pena… envíame tu amor desde dentro de una sonrisa. Quizá escuches el viento
o veas agitarse una flor de ese árbol tan bonito que ya ha florecido. Esa será
mi señal de que también, por ti, estoy feliz.
Dale a papi un
beso. Es el papi más bueno del universo.
Y muchos,
muchos lametones para ti.
Ahora tengo
que irme, escucho muchos ladridos de risa y alboroto. Seguro que es algo
divertido que aún no sé. Voy corriendo.
Ah… y otra
cosa. Ya sé que es una palabrita muy corta. Pero es tan intensa, tan profunda,
taaaan honda, tan amplia…
Es cortita,
pero se puede repetir. Yo a veces, trotando por estos campos tan tiernos a
veces la voy repitiendo, para vosotros, para ti.
Gracias.
Gracias.
Gracias. Gracias.
(Ya sabes que
esa palabrita también es mi forma de besar).
Tu Kira del alma
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In memoriam
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