viernes, 17 de enero de 2014
Seguro que me escuchas... San Antón... San Antón ¿estás ahí? date prisa, por favor.
Verás, San Antón… yo ya no sé a
quién recurrir. Siendo muy, muy sincero te confieso que te invoco a la
desesperada. Porque nos urge un inmenso milagro. Siempre he pensado que los
milagros los hacen los hombres (aunque sean hombres muy santos). Y que los
milagros no surgen por que sí: requieren mucho esfuerzo, mucho valor, mucho
sacrificio y mucha voluntad. Sé que hay gente candidata a hacerlos pero… ¡son
tan pocos para lo que necesitamos…!
He oído algo acerca de nuestro patrón… "cuenta la leyenda que este santo se convirtió en ermitaño y vivió larguísimos años aislado de la compañía de otros hombres." Te alabo el gusto. Añade también que "se apiadaba del sufrimiento de los animales y que en una ocasión curó a una piara de jabatos, por lo cual, la madre siempre, en adelante, le acompañó, siendo el santo muy gustoso de ello, a pesar que que en aquellos tiempos, el cerdo se consideraba un animal impuro y defender esa especie demostraba rebeldía y una profunda convicción."
He oído algo, no demasiado, acerca de ti, San Antón. Hay láminas que te muestran rodeado de animales y hoy, 17 de enero se celebra tu festividad. Yo no sé mucho acerca del Cielo y sus cohortes. Supongo que serás amigo de San Francisco de Asís. Y espero que habléis de nosotros de vez en cuando… o mejor de los hombres que se erigieron dueños y señores de nuestras vidas y destinos. Conversación no os va a faltar…
Así que a ver si allá en el cielo
puedes reclutar a varios santos más porque, (y disculpa, que en modo alguno
quiero ofenderte ni poner en duda tu eficacia), a día de hoy hace falta no un santo, sino una
legión para atender a tantos casos y tan graves, como nos acucian.
Mira San Antón… yo creo que sería
cosa de dar un toque, mejor que un toque un gran zamarreón al interior del alma
humana. Que dicen que la tienen… aunque permíteme dudarlo. Creo yo que más alma
tenemos los de cuatro patas que no sabemos de tanta crueldad, cobardía y
comportamiento mezquino.
A ver si hurgas un poco entre los
tipos que nos dejan agonizar sin la más mínima piedad. ¿Qué les hemos hecho
nosotros, di? A los que impasibles que nos condenan a que, muertos de cansancio
y confusión, termine partiéndonos el espinazo un coche que ni siquiera parará. A
encanijarnos a base de pocas sobras y pan duro. A los que nos dejan morir de
frío. A los que nos pegan un tiro en medio del campo. A los que nos tiran a un
pozo o nos revientan a palos. A los que por diversión nos mutilan, nos queman o
nos ahogan. Yo no te voy a enumerar todas las formas de morir y padecer a que
nos someten. Depende de su mala leche y de la dureza de sus entrañas. Nosotros
sólo sabemos que no venimos al mundo para satisfacer el sadismo de tanto
frustrado y cobarde. Digo yo que un patrón está para defender ¿no?
Sí, ya sé que me vas a decir que, sin embargo, has sabido trastear el corazón de mucha gente, que se deja el
pellejo desviviéndose por nosotros. Pero san Antón… ¡es que cabemos a 47638596
perros por cada una de esas buenas personas. A ver si abduces a alguno de esos
llamados políticos, que creo que son los que están en condiciones de lograr que
el resto haga lo que dictaminen, estén de acuerdo o no. Pues eso, a ver si sale
alguno que por narices les meta en cintura, aunque sea por temor a multas,
cárcel o castigo ejemplar.
Aprovecho también para decirte
que refuerces tus poderes en eso de protegernos de las enfermedades… eso estará
bien para las condiciones normales… pero las perreras son caldo de cultivo para
todo tipo de infecciones, ataques yvirus letales. A los cachorrillos se les escapa la
vida como arena entre los dedos. Es un martirio atroz vivir enjaulado. Dime, tú
que sabrás algo… ¿esto aún va a durar
mucho? ¿aun presumiendo de modernidad? ¿va para muy largo este sistema de
hipocresía y cinismo cicatero? ¿y por qué? ¿qué mal hemos hecho nosotros, di?
Da igual ser grande que chico, da
igual que os queramos aunque nos estéis machacando. Nosotros tenemos muy claro
cómo es nuestra ley. Yo sólo pregunto ¿por qué?
Dicen que en un tiempo arcano,
nuestra especie dio un salto para permanecer a vuestro lado… ¿así nos lo
pagáis?... no sé, no sé… No me lo explico. ¿Tan estúpido y torpe el es hombre
que no acierta ver? ¿Tan duro y bárbaro
como para llevarnos a morir tras haber permanecido años junto a él? ¿Qué les
pasa? ¿qué enfermedad tienen? ¿qué gangrena interior?... ¿acaso se contagia?
¿se mueren ellos también de pura maldad? ¿tiene cura? ¿quieren curarse? ¿hay quien los cure?
Ay, patrón nuestro. Haz lo que
tengas que hacer. Haz lo que sea. Pero hazlo ya. Y recluta gente. Aunque el salario sea una
ración extra de penas y preocupación. Pero que no nos dejen solos. Que los necesitamos…
que los necesitamos mucho. Mucho y muchísimo. No nos dejes. No nos abandones.
Amén.
Etiquetas:
Historias de Arquepe
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