La situación, sí, es I N S O S T E N I B L E.
Cachorros por decenas cada día tirados en la basura. Perros lanzados por encima de la vallas de las protectoras o atados junto a sus puertas. Los refugios están a rebosar y cada día se multiplican los desgraciados en situación de máxima urgencia. En las cunetas, muertos en pie vagan sin rumbo, hasta que un coche termina con la desesperación de su abandono. Hembras que paren entre rejas y que ni siquiera su maternidad las libera de un sacrificio inexorable. Instrumentos de cacería que ya no sirven, y son condenados a la muerte, sin la menor compasión. Juguetes rotos, pequeños cuerpecillos que algún día fueron agasajados en un hogar y cuya fecha de caducidad estaba cantada por la insensibilidad irresponsable de quienes lo adquirieron para satisfacer un capricho.
La perreras se masifican y se asesina cada día en cantidades escalofriantes. Los que no mueren bajo el eutanásico se cuecen de calor, contraen enfermedades o sufren el ataque de congéneres desesperados.
¿Esto no le importa a nadie? ¿esto se acepta sin más? ¿Esto no le revuelve la sangre y las tripas a la gente "normal"?
EParece, en efecto, que esto no le importa a nadie más que a los que somos ya viejos colegas de sitios de difusión. Abrir blogs, facebook, las webs de protectoras y refugios es saber de antemano que tenemos que enfrentarnos a un auténtico dolor.
¿Cómo podemos pararlo?? ¿Cómo podríamor ser más eficaces? ¿Cómo podríamos realmente hacernos oir?
¿Cómo terminar con tanto sufrimiento?
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