COPIO:
Antes de irnos a la cama (que ya va siendo hora) queríamos presentarte a Musa y a Riva, dos preciosas gatas a las que este lunes dejaron en la calle.
Ahora mismo tú, seguramente estás acostado sientiendo el calor de tu gata, que hecha un ovillo ronronea en el hueco de tus rodillas. O tú, quizás estés tumbado escuchando los programas de radio de madrugada, mientras tu gato se instala cómodamente en tu barriga. Nuestros gatos, los de los voluntarios, andarán cotilleando la encimera en la que quedaron platos por recoger; o abrirán los ojos como una lechuza desde el alféizar de la ventana buscando la luna; o quizás estén encaramados en lo alto del sofá. Todos ellos a salvo y en casa.
Musa y Riva están en una jaula y nos resulta imposible irnos a dormir sin contarte que necesitan el mismo amor y la misma seguridad que tienen nuestros gatos. Que tienen que gozar de la libertad de cotillear, inspeccionar, subir, bajar, amasar, ronronear e incluso ¡poner firmes a los perros de casa! Que su lugar, ni esta noche, ni la noche de mañana, ni ninguna otra, es una jaula.
Musa y Riva eran dos gatas con familia hasta hace 3 días. Hasta que aparecieron en medio de la nada, metidas en un transportín y eso sí, con sus collares. No sabemos si la familia cambió el parket, si se aburrieron, si el matrimonio se separó, si tuvieron un hijo, si alguien se volvió alérgico de repente; nos da igual. Lo que sí sabemos es que quienes las habéis abandonado sois mala gente. También sabemos que nos conocéis, así que con una cierta probabilidad estaréis leyendo esta entrada o algún amigo os la leerá: lo repetimos, sois mala gente.
Nunca, en ningún caso, existe justificación alguna para dejar en la calle a quien ha formado parte de tu familia. Jamás. Ni gato, ni perro, ni abuelo, ni hijo. Dejar desamparado a quien no puede valerse por si mismo es un acto de crueldad injustificable.
Nos vamos a la cama con la mirada asustada y con el cuerpo tembloroso de Musa y Riva grabados en las entrañas. Pero también con la esperanza de que tú leas esto y ya estés pensando que te corre prisa, que la ilusión te mata de impaciencia por tener a Musa y a Riva, o a Musa o a Riva entre tus brazos.
Musa podría ser una siamesa de pelo largo o un cruce de angora. Es una belleza de unos 3-4 años de edad, y la criatura más buena e inocente del mundo.
Riva es algo más joven, tendrá unos 2 años. Es una gata común europea con los ojos de luna llena más bellos, inocentes y tristes que hemos visto en mucho tiempo.
En breve os ponemos más y mejores fotos.
Mientras tanto, dinos que las quieres. Que las quieres querer.
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SOFIA El Refugio-Escuela
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