Cuando al final del informativo hablan del tiempo ya no puedo escapar de la angustia. Ya no pienso tanto si será la playa propicia o el fin de semana oportuno para que los que viven del turismo parcheen un poco la situación. Ahora pìenso en los pobres cautivos de las perreras. Indefensos de todo. De la asfixia del calor aplastante o de las madrugadas gélidas, sobre el cemento.
Durante este invierno, crudo como pocos, señalaban las heladas, las nevadas que conllevaban la incomunicación y luego leías cómo cachorrillos tiernos o lanudos adultos amanecían muertos por congelación. Deseaba una que llegara la primavera, que por fin las lluvias cesaran y pudieran, si aun ese privilegio les era otorgado, tumbarse tranquilos al aire libre. Bajo una porción de cielo, y que sus pobres cuerpecillos descuidados sintieran , al menos, la caricia templada del sol. Pero ahora, el sol castiga las carnes, se torna instrumento de castigo. Jadean, se tumban, se levantan... dudo de que tengan al menos un recipiente de agua abundante y fresca, donde paliar su desaliento. Y así la mañana, el duro mediodía, la tarde, el anochecer, la madrugada... y una nueva mañana, otro mediodía, otra tarde, otro anochecer... una jornada sigue a otra. La pura y dura desesperación.
Todos los perros tras las rejas suponen una visión contranatura. Un atentado directo y agudo contra el alma. Todos causan dolor.
Esta vez, a mí se me ha clavado la imagen de Aldo. Ni tan siquiera se le ve bien. Precisamente esa ausencia de detalle, esa lejanía que no recoge sus pupilas (pero que puedo adivinar)... su pelaje apelmazado... su incredulidad de inocente desesperanzado... alguien, tras mis hombros ve la foto. "No creo que nadie en todo el mundo piense en él" me confiesa. Yo sé que sí, que hay gentes que piensan en retratarlo, en ponerlo en las páginas de difusión, en pasearlo por las redes sociales, que a tantos llegan... para que toque a quien tiene que tocar. Imagino a Aldo en un jardín, revolcándose en un sombreado césped. Con el pelo limpio y un bebedero rebosante de frescor. Y una voz que lo llame, una correa ilusionante, quizá un niño con quien jugar, una cama, siempre cariacias... por fin un dios benefactor a quien acopmpañar y amar...
Aldo es sólo un o de tantos desgraciados que languidecen, quién sabe si vivirá el tórrido agosto hispalense. Porque vive, no sabemos por cuántos días, en la perrera de Sevilla. Hace calor, mucho calor. Os juro que a cuarenta grados hasta se calientan las fosas nasales al respirar.
Por favor, un poco de compasión. No son culpables.
Hay un grupo de chicas que sigue luchando por ellos pero muchos han sido ya sacrificados y muchos serán sacrificados. POR FAVOR DIFUNDID LOS CASOS, APADRINAD O ADOPTAD. QUE NO LO PAGUEN ELLOS. Hazlo como creas más conveniente pero difúndelos, por favor.
Los contactos para Sevilla:
Información: perrosurgentes@hotmail.com
Adopciones: itzalin@gmail.com
Apadrinamientos: alcaydeir@santillana.es
Aquí están los demás. A lo mejor el tuyo.
http://picasaweb.google.es/mibelle00/Per
5 comentarios:
¡ Pobre Aldo ! Lo que podría cambiar esa sombra casi espectral si alguien se ocupara de él. Quizás la luz que se cuela en su cubículo sea un halo de esperanza aún para él.
Hola Arquepe.
Me ha emocionado mucho tu entrada. Lo has descrito de una forma preciosa.
Espero que Aldo tenga la suerte que se merece.
Me pregunto si me darías permiso para copiarla a mi blog. Si no te parece bien, no hay problema.
Gracias por la entrada.
Besos.
Yo no soy dueña de nada, Alberto. Nada de lo que hay aquí me pertenece. Yo pertenezco a todos estos pequeñajos, con la tristeza de no poderles permanecer por completo. Cualquier imagen, sentimiento palabra o coma es enteramente de ellos y están al servicio de ellos. Seguro que te dan todos los permisos presentes y futuros encantados.
Un beso.
Nada de lo que aquí se encuentra tiene dueño. (Distinto es que ojalá encontrasen dueño todos los aquí encontrados). Así que no soy yo quién para dar permisos o pareceres, Alberto, pues cualquier imagen,emoción, palabra o coma pertenece a todos estos peludillos, y cualquier pensamiento o acción está encaminada a buscar su consuelo y su defensa. Todo lo que pueda haber en este espacio les pertenece por completo, ya que yo no puedo pertenecerles del mismo modo.
Tú los conoces igual que yo ¿cómo no van a querer que hablen de su pena donde sea y como sea? Te dan permiso, a ti y a mí... y a tantos más... porque somos su voz.
Un beso.
P.D. (¿Quién te dice que yo no copie del tuyo, je, je?)
Muchas gracias Arquepe.
Te lo agradezco mucho por que me encanta lo que has escrito. Tanto, que quería también tenerlo en mi blog y difundirlo. Aunque mii blog deben visitarlo cuatro despistados.
¿Copiar tú de mi blog? ¡No me lo creo! Me sentiría muy honrado y halagado si TU copiaras algo de mi blog.
Un beso y gracias.
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