viernes, 14 de junio de 2013

La pequeña Lucy. Te ruego que lo leas. ¡ADOPTADA!

¡ADOPTADA!

















Ayer entró una perrita en el Refugio; parece algo habitual, y desgraciadamente lo es...pero si a esto unimos que la perrita iba en brazos de su dueño, un hombre mayor al que acompañaba una asistente social del Ayto. de Málaga, y que esta persona iba a ingresar en una residencia donde no podía entrar Lucy, la perrita, tenemos un drama; drama para el dueño, y sobre todo, drama para Lucy, que con tres añitos, había vivido siempre con su dueño, acostumbrada a estar en brazos, a disfrutar de una camita caliente en invierno, de la protección de su dueño y de su casa...de su hogar.

A su dueño lo habían desahuciado, y tenía que dejar su casa e ingresar en un albergue; los servicios sociales pensaron en la protectora de animales y así conocimos esta dolorosa historia.

Lucy ha pasado hoy su primera noche en el refugio..acostumbrada a la soledad amiga de su dueño y su casa, se encuentra en un refugio super masificado, rodeada de ladridos y perros desconocidos; atrás quedaron el silencio y la tranquilidad, no sabe dónde está, no sabe porqué está aquí...su pensamiento es su dueño y su casa y se pregunta qué ha hecho mal para que la abandonen así..porque ella lo ve como un abandono, no entiende que es lo mejor que lo podía haber pasado...apenas alcanza los tres kilos de peso, es tan diminuta...si ella no ocupa sitio...¿Porqué?

Su dueño se ha ido... lo pasará mal, seguro, pero su dolor y su miedo no serán nunca comparables a los de Lucy.

Lucy está sola...es una perrita abandonada. Así se siente....


Una reflexión: en todos los abandonos,incluso vamos a decir motivados por causas mayores, el que lo pasa peor es siempre el perro...no entiende nada, no sabe nada, solo sufre el abandono, aunque los muros del refugio lo protejan...la persona que lo abandona, va recuperando su vida...-.hasta que ese abandono se difumina e incluso es capaz de volver a adoptar a otro perro, algunas veces sin pararse a pensar que puede volver a repetir la misma historia....pero ese perro nunca olvidará su voz ni su olor...aunque tenga la suerte de volver a encontrar otra familia. Respetemos a los animales, no los adoptemos como si fueran peluches, no los son: sienten, padecen e incluso lloran y se dejan morir de dolor....esperemos que Lucy tenga suerte y encuentre una familia que la quiera y nunca más sufra abandono.

Carmen Manzano 

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