Merecen que la vida los ponga en su sitio, pero como eso es una utopía, al menos sería de justicia que las autoridades competentes le crujieran con un castigo que jamás olvidaran. Pero como la justicia es para buscarla con microscopio y las autoridades son, del todo incompetentes, admitiré con vergüenza, convicción y tristeza, que España no es, ni con mucho, un país europeo, por muchas cumbres, banderitas, monedas y pactos comunes que quieran meternos por la tele a la hora de comer.
Y que cuando alemanes, belgas o suizos me increpen, llevandose las manos a la cabeza, por cómo es este pueblo, no tendré por menos que asentir en todo y en francés o alemán traducir como pueda que esto es el culo, reculo del mundo.
No se puede soportar tantos casos protagonizados por zafios, crueles, ignorantes, insensibles, garrulos, indeseables, inmundos, primitivos, brutos, bárbaros, desalmados, violentos especímenes que pueblan nuestro suelo.
¡Y que los que van a las cumbres y demás, sean de la misma ralea por no hacer NADA por evitarlo!


El día que este país nuestro llamado España muestre signos de humanidad hacia los animales, (labor que tendría que estar avalada y refrendada por los mandatarios y la justicia)podremos decir que empezaremos a estar a la altura de Europa. Por mucho que quieran hacernoslo creer, estamos a años luz. La sociedad debe desconfiar de quienes ejercitan la crueldad animal;con penas severas se podría evitar el desarrollo de mentes potencialmente asesinas y de todo punto nocivas para la convivencia. El problema principal reside en que si la aplicación de la justicia deja tanto que desear y el papel de los legisladores está bajo mínimos ¿hay lugar para la esperanza?
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Sin embargo, si se arroja la toalla todo estará ya perdido y para ganar hay que luchar y eso es siempre difícil y doloroso.¡Pero hay que seguir aunque muchas bolsas queden en el fondo de un río...!
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